top of page

Mis Secuelas y el Camino hacia la Resiliencia

  • Foto del escritor: Soy Alma
    Soy Alma
  • 26 abr 2024
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 21 may

Mis Síntomas y el Camino hacia la Resiliencia
Nota: Este texto fue inicialmente publicado en abril de 2024. Ha sido actualizado en mayo de 2025 para reflejar mi estado, aprendizajes actuales sobre los síntomas y mi proceso de resiliencia.

Mis Secuelas y el Camino hacia la Resiliencia


A lo largo de estos años, he tenido que aprender a vivir con diversos síntomas que han acompañado en mi día a día. No todos los días son iguales y he tenido que aceptar que hay límites a los que, a veces, me debo ajustar. Sin embargo, he encontrado maneras de avanzar y seguir creciendo, sin perder de vista mi bienestar integral.


Hoy quiero compartir contigo algunos de los síntomas que he experimentado, no para enfocarme en lo negativo, sino para que sepas que no estás sola/o si también los estás viviendo. Si algo me ha enseñado mi experiencia con el Long COVID es que cada desafío, por difícil que sea, puede convertirse en una oportunidad para aprender y adaptarnos.


Gracias a mi proceso de adaptación y a las herramientas que he ido descubriendo, hoy puedo decir que muchos síntomas han disminuido o desaparecido. Algunos aspectos sigo acompañándolos con paciencia y amor. Respetando siempre mis tiempos y mis límites.


He aprendido que construir mi vida desde lo que puedo hacer, sin forzarme y desde un lugar de equilibrio real. Ha sido y es la clave para que mi bienestar crezca. Cuando alineo mi cuerpo, mente y alma, los síntomas no se intensifican; algunos incluso se suavizan o se van.


Conocer, aceptar mis límites y actuar desde mi centro, ha sido y es un regalo profundo para mí. El camino no ha sido fácil, pero sí me ha llevado a avanzar con esperanza, resiliencia y autenticidad.


Síntomas que he experimentado:


  • Fatiga extrema: Los días de cansancio profundo, en los que el cuerpo se siente pesado, han sido parte de mi viaje. Con el tiempo, aprendí a escuchar a mi cuerpo y hacer pausas cuando más lo necesito.


  • Dificultades físicas: Parálisis temporal, pérdida de movilidad, coordinación, sensibilidad y fuerza, así como mareos. Estos momentos me han enseñado a priorizar el autocuidado y a ser gentil conmigo misma.


  • Fiebre, frío y tiritar: Estos síntomas intermitentes me recuerdan la importancia de estar atenta a mi cuerpo, sobre todo en momentos de vulnerabilidad.


  • Dolores musculares y articulares: Los dolores en el cuerpo, inflamaciones o espasmos me hicieron buscar formas alternativas de aliviarme. Como practicar movimientos suaves y prestar atención a la salud de mis articulaciones.


  • Problemas digestivos: Diarrea, SIBO y algunas alergias alimentarias se han convertido en parte de mi proceso de adaptación, aprendiendo a elegir lo que mi cuerpo necesita.


  • Problemas cognitivos: La lentitud de pensamiento, dificultades con la memoria y confusión me llevaron a descubrir. Cómo la mente también necesita descansos y autocuidado. Reconocer cuando necesito relajarme mentalmente ha sido un gran paso.


  • Síntomas post-esfuerzo: El agotamiento y empeoramiento de los síntomas después de hacer cualquier esfuerzo físico o mental. Me enseñaron a respetar mis límites y a darme el espacio necesario para recuperar energía.


  • Síntomas cardíacos y pulmonares: Dolor en el pecho, palpitaciones, dificultad para respirar... Al principio, me asustaron mucho, pero hoy sé que escucharlos y consultar con profesionales es clave para mantenerme segura.


  • Cambios físicos en la piel y el cabello: La caída del cabello, los problemas en las encías, uñas que se parten o manchas. Han sido recordatorios de lo importante que es cuidar mi bienestar de manera integral.


  • Sensibilidad a olores artificiales y otros factores: La sensibilidad a perfumes o productos de limpieza me ha llevado a buscar un entorno más natural y saludable.


Mi Viaje hacia la Paz Interior


Cada uno de estos síntomas ha sido un maestro en mi proceso de aceptación y resiliencia. He aprendido a no verlos como obstáculos, sino como señales de que mi cuerpo necesita más atención, descanso o cuidado. Y aunque algunos días sean más difíciles que otros, sé que el camino hacia el bienestar no es lineal.


Lo más importante que he aprendido es que todos merecemos sentirnos bien con nosotros mismos. Todos tenemos el derecho a buscar la paz interior, a conocer nuestros límites y a aprender a vivir con lo que nos toca de la mejor manera posible.


Mi Consejo: No Estás Solo/a


Si te identificas con algunos de estos síntomas o conoces a alguien que esté viviendo algo similar, te invito a explorar mis experiencias y los recursos que me han ayudado. En mi blog y redes sociales, comparto lo que he aprendido en este proceso, con la esperanza de que pueda servirte de apoyo.


Recuerda, este camino no lo haces sola/o. Juntos, podemos encontrar maneras de avanzar, adaptarnos y brillar, a pesar de los desafíos. La resiliencia es nuestra mayor fortaleza.


Nota Importante


No soy médica ni experta en el tratamiento del Long COVID. Lo que comparto aquí es mi experiencia personal. Si decides probar alguna de las estrategias que me han servido, te recomiendo que siempre hables primero con tu médico o terapeuta para que puedas tomar decisiones informadas y seguras.


Gracias por Estar Aquí


Tu apoyo me motiva a seguir adelante. Gracias por acompañarme en este viaje. Juntos podemos seguir avanzando y encontrando la paz interior, sin importar los obstáculos que enfrentemos.


✨¡Sigamos avanzando y brillando juntos! Que nada ni nadie nos detenga.

Alma



Comments


¿Te resuena todo esto?

✨Brillar sin exigencias sí es posible.

Suscríbete para recibir recursos, historias y recordatorios que te reconecten con tu centro.

Gracias!

bottom of page