Las piezas que me devolvieron a mí: Mi camino hacia el equilibrio después del caos
- Soy Alma
- 21 dic 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 21 may
Volver a mi centro y a mi equilibrio fue un camino que tomó tiempo, paciencia y amor propio. No se trató de buscar soluciones rápidas ni fórmulas mágicas. Sino de aprender a escucharme y cuidarme en conjunto: cuerpo, mente y emociones. Siempre desde un lugar de respeto, realista y de auto-cuidado consciente. Fue un proceso de pequeños pasos, donde cada avance. Por mínimo que fuera, sumaba para reconstruir mi bienestar auténtico y sostenible.
Quiero ser clara: mi camino surgió después de convivir con COVID persistente, una experiencia que puso mi vida patas arriba. Sin embargo, este artículo no busca centrarse en la enfermedad, sino en lo que aprendí en el proceso. En cómo reconstruí mi vida desde la autenticidad, la paciencia y el amor propio.
A lo largo de este recorrido, exploré muchas terapias y herramientas. Algunas me brindaron alivio y fortaleza; otras no resultaron tan efectivas para mí. Lo más valioso fue entender que el verdadero cambio nace de seguir intentándolo, la autoaceptación y el equilibrio sostenible. Siempre respetando nuestros tiempos.

Las piezas que me devolvieron a mí: Mi camino hacia el equilibrio después del caos
Lo que me devolvió energía física
Recuperar la energía y el movimiento sin dolor fue uno de mis primeros grandes sueños. Estas herramientas me ayudaron a sostenerme y a sentir que mi cuerpo podía volver a ser un hogar:
Entrenadora personal: Aprendí a moverme desde la escucha, no desde la exigencia. Saber respirar durante el ejercicio. Contar con apoyo me dio seguridad y confianza.
Alimentación antiinflamatoria: Comer con conciencia redujo síntomas y me aportó claridad mental.
Balneoterapia y masajes: El movimiento suave. Las presiones y temperaturas del agua. Estos cuidados físicos me devolvieron vida y bienestar.
Presoterapia: Alivio para piernas y mejora en mi sistema linfático.
Medir la calidad del aire: Respirar aire óptimo fue un cambio silencioso pero esencial.
Probióticos, prebióticos y enzimas: Una transformación profunda en mi salud intestinal.
Reloj inteligente: Controlar mi sueño, estrés y ritmos me ayudó a entender mejor mi cuerpo y a cuidarme.
Lo que reconstruyó mi mente y cuerpo
El sistema nervioso necesitaba tiempo, pero también herramientas que lo guiaran. Estas terapias fueron puentes entre mi cuerpo, mi cerebro y mi serenidad:
Estimulación transcraneal: Una de las terapias que más alivio me dio, ayudando a disolver la fatiga y la niebla mental.
Neurofeedback y Biofeedback: Aprendí a regular mi sistema nervioso y a leer mis señales internas para mejorar la conexión cerebral.
Entrenamiento cognitivo: Ejercitar atención y memoria me permitió recuperar claridad mental.
Rituales de pausa y calma: Respirar, soltar y bajar el ritmo se convirtieron en medicina diaria.
Dormir profundamente: Volver a dormir fue volver a soñar y a sanar.
Lo que sanó mi alma y restauró mi centro
La parte más profunda de este proceso no fue física, sino emocional y espiritual. Ahí nació la esencia de Brillando Sin Parar:
Manejo de energía: Aprendí a dosificarme, a priorizar y a decir que no cuando era necesario.
Observarme sin juicio: Aceptar mis emociones fue más sanador que resistirme a ellas.
Sintonizar cuerpo, mente y alma: Escuchar esa conexión me devolvió claridad y paz.
Rutinas conscientes: Lo pequeño, repetido con intención, construye una base fuerte.
Escribir mis sueños: La lista de mis 1000 sueños fue un acto de amor propio y un faro en la niebla.
Una aclaración importante
Quiero recordarte que no soy médica ni especialista en salud. Que cada cuerpo es único. Por eso, es fundamental que cualquier terapia o tratamiento que consideres esté siempre supervisado por profesionales. Algunas terapias pueden tener efectos adversos o no ser adecuadas para todos, por eso el cuidado responsable es clave en este camino hacia el equilibrio.
Ninguna de estas herramientas fue una varita mágica, pero juntas me devolvieron a mí misma. Me recordaron que sanar no es volver a ser la de antes, sino crear una versión más consciente, compasiva y auténtica. Este proceso me inspiró a crear Brillando Sin Parar, mi método y mi mensaje: transformar el caos en equilibrio real, sin exigencias, desde el alma y desde lo humano.
Sí, es posible construir desde tu centro y vivir sin exigencias.
Ojalá alguna de estas piezas también te ayude a volver a ti.
Gracias por estar aquí.
Alma
Comentários